Llego a casa con una sorpresa de mi mami, una bombilla roja, que da luz anaranjada. Me servirá para hacer más placenteros los ratos de lectura nocturna. Además le da un color muy acogedor a mi cuarto, me gusta.
Lo raro que es asomarse a esta ventana y saber que a partir de ahora lo haré seguramente a diario. Colocando muebles, limpiando estanterías, poniendo cortinas, estoy de mudanza hacia un cuarto más bonito, más grande, y sin papis...
Vuelvo a Madrid después de unos cuantos dias agradables y frescos en Gijón. Hice fotos paisajísticas, de grandes cielos nublados. La textura de las nubes es curiosa, sobre todo cuando cambias tu punto de vista y te sorprendes.